Quedamos con una perfecta.

Quedamos con una perfecta.

Os pongo en situación, nos ha tocado quedar con un amigo que tiene nueva novia, se ha divorciado y ahora tiene nueva chica, una chica escultural, de infarto, es decir, perfecta, paso a describirla, 35 años, 1,75 de estatura, pelo largo rubio, ojos miel, y medidas de infarto, y por cierto le encanta llevar ropa ceñidita, claro, porque ella lo vale.
Bueno pues llega el día y toca prepararse, primero a mis niños eso si, y después llega mi momento, ¿que me pongo para quedar con una perfecta?, me surgen las dudas, las inseguridades,…..

en fin, es imposible superar la perfección y aunque me de un poquito de envidia debo reconocerlo, la perfección, al menos física existe y esta noche me tocaba cenar con ella,  por lo que me digo, y reacciono diciendo, pero bueno, que superar ni superar, yo soy como soy y a quien le guste bien y a quien no también, así que me pongo mi vestido cómodo pero mono, yo voy con niños y me tocará levantarme y sentarme unas cuantas veces, zapatos monos pero para todo tipo de terrenos jejeje.
Llegamos al sitio y lo primero que se me pasa por la cabeza al verla es: «pero XD!!! esa mujer respira???» impresionante su loock, espectacular.
frases-bonitas3-e1413990601245
Comienza la cena, y bueno no come nada, era de esperar, no cabe nada más en ese vestido, yo lo siento, pero a mi me encanta tapear y estábamos en un bar de tapas buenísimo, así que disfruté muchísimo, mi vestido me lo permitía, jeje, después mis peques pidieron ir a una sala de juegos, así que accedimos y jugamos a los bolos, nos montamos en algunas atracciones y me lo pasé genial, la velada dio un giro hacia el ocio inesperado y gracias a mi elección, mis zapatos mágicos me permitían pasármelo genial en este ambiente, al cabo de un rato, cuando me tocó esperar para entrar a las colchonetas con mi peque mientras esperaba, tuve tiempo de observar a Leyla, así se llamaba la chica perfecta, estaba desorientada, se notaba insegura y no jugaba prácticamente a nada, no tenía niñ@s y no conocía mucho este mundo que le había tocado vivir aquella noche, por lo que me sentí un poco mal, así que me acerqué, miré para arriba, yo soy pequeñita y le dije si quería acompañarnos a las colchonetas, me respondió que no podía, que su ropa no era la adecuada, y me quedé helada, lo que para mi era impresionante, verla con ese vestido, con el que estaba espectacular, para ella era una tortura y le estaba estropeando la noche completamente.
Lo que entendí de todo esto es que la naturalidad es fundamental, seas perfecta o no lo seas, si te muestras tal y como eres puedes disfrutar de cualquier situación que se presente.
Por cierto, mi marido cuando volvíamos a casa me dijo, gracias por ser como eres, ha sido una noche estupenda, gracias por tu compañía. Así que no se puede pedir más 😉

Deja un comentario